lunes, 8 de junio de 2015

Enseñame a vivir (Ensayo)



Mírenme, a la vida vuelvo ya
La la la
Pajarillo, tú me despertaste

Mírenme, a la vida vuelvo ya
La la la
Pajarillo, tú me despertaste
Enséñame a vivir
En un abismo yo te esperé
Con el abismo yo me enamoré
Pájaro, me despertaste
Pájaro, no sé porqué
Mírenme, a la vida vuelvo ya
La la la
Pajarillo, tú me condenaste
A un amor sin final
En un abismo yo te esperé
Con el abismo yo me enamoré
Pájaro, me despertaste
Pájaro, no sé porqué

Mírenme, a la vida vuelvo ya
La la la
Pajarillo, tú me condenaste
A un amor sin final
En un abismo yo te esperé
Con el abismo yo me enamoré
Pájaro me despertaste
Pájaro yo sé porqué

Mírenme, a la vida vuelvo ya
La la la

Tanto tiempo, un poema.

Agradecimiento (Wislawa Szymborska)

Debo mucho
a quienes no amo.
El alivio con que acepto
que son más queridos por otro.
La alegría de no ser yo
el lobo de sus ovejas.
Estoy en paz con ellos
y en libertad con ellos,
y eso el amor ni puede darlo
ni sabe tomarlo.
No los espero
en un ir y venir de la ventana a la puerta.
Paciente
casi como un reloj de sol
entiendo
lo que el amor no entiende;
perdono
lo que el amor jamás perdonaría.
Desde el encuentro hasta la carta
no pasa una eternidad,
sino simplemente unos días o semanas.
Los viajes con ellos siempre son un éxito,
los conciertos son escuchados,
las catedrales visitadas,
los paisajes nítidos.
Y cuando nos separan
lejanos países
son países
bien conocidos en los mapas.
Es gracias a ellos
que yo vivo en tres dimensiones,
en un espacio no-lírico y no-retórico,
con un horizonte real por lo móvil.
Ni siquiera imaginan
cuánto hay en sus manos vacías.
“No les debo nada”,
diría el amor
sobre este tema abierto.