dedicado a Ximena Ianantuoni,
a quien me encontré dando vueltas por ahí.
Hace ya un tiempo, atravesaba una crisis parecida a esta, con todos los síntomas en el cuerpo pertinentes, que me llevó de visita a varios consultorios médicos (además del refugio terapéutico que descubrí en el barrio de Belgrano, por aquellos días).
Y así los doctores me indicaban placas, antibióticos y recetas varias. Pero hubo uno, en especial, de quien no recuerdo ni su voz ni su cara, que me dijo algo que dejó huella.
Luego de las preguntas de rigor y de explicarle el porqué de la consulta, dándole brevemente un panorama del estado en el que mi vida se encontraba en ese momento (que abarcaba un potpurrí de catarro, tos, un bebito de pocos meses, un remolino familiar y un huracán de kilombos laborales-corporativos que ni les digo), el doctor me escuchó atentamente y en vez de extender su recetario me miró a los ojos. (Todavía no me explico cómo es que no recuerdo su cara, de verdad que estaba ida). Me miró a los ojos y me dio el siguiente consejo:
-Hasta que pase la crisis de stress proponete hacer solo cinco cosas al día, ni una más. Y no hagas trampas porque en esas cinco cosas debés inlcuir desde un trámite, pasar tiempo con tus hijos, ir a trabajar o llamar al plomero.
Ni una más. "Qué gracioso este doctor", pensé. Y le agradecí casi como una formalidad, sin saber que ese consejo formaría parte del entramado de pequeñas soluciones que me sacó del torbellino. (Bueno, sí, confieso que las sesiones en Belgrano hicieron su parte y por eso este relato puede incluirse en el apartado piruetas terapéuticas, de próxima aparición: vayan, vayan).
Me acuerdo que por esos tiempos tan exigentes el chiste era que llegaban las doce del mediodía y ya se me había llenado el cupo de tareas. Que a las ocho de la noche, irremediablemente, me rebalsaban el cuerpo. Y fue así, muy de a poco, como me di cuenta de que a veces hay que elegir, dejar de hacer, frenar a tiempo o a destiempo pero detenerse, postergar, cuidarse, cuidarse, cuidarse.
Uno nunca sabe qué día ni a qué hora exacta se terminan las crisis. Pero si podemos acordarnos del consejo del doctor, sonreír y contarlo, casi podría afirmar como dicen ellos: "Que pase el que sigue".
Cinco cosas. Ni una más ni una menos. Al menos hasta que pase la tos.
2 comentarios:
5 cosas??? Dame el número del médico! YA!
Hoy me levanté a las 5 porque anoche no daba más. Terminé 4 fotos de un laburo, me volví a acostar a las 6. Puse el despertador 6.30. Me desperté sobresaltada 6.15. Me fui a bañar. Lavé los platos que ni me acordaba que no los había lavado. Levanté a las nenas, renegando con Maru que este año le cuesta horrores levantarse, las llevé al cole. Llegamos tarde como todos los días de los últimos 15. En mitad del viaje Maru me pasa 2 notas de la maestra. La primera preguntando por qué estábamos llegando tarde todos días. Sólo la firmé. Me sentí frustrada. La segunda pidiéndome que hablara con Maru porque sistemáticamente se levanta en clase y va a hablar con una compañera sin pedir permiso ni dar explicaciones. No fue exactamente una conversación lo que tuvimos, pero creo que hoy Maru se atornilla al banco.
Como llegué temprano al laburo aproveché para pagar todas las facturas y hacer los cálculos de los gastos del mes. No hay aguinaldo que alcance!!
Pero ya arranco de vuelta porque tengo un día complicadísimo acá, que va a demandarme al menos 4 cosas más. Además tengo 3 reuniones difíciles. A la salida tengo que ir a cambiar una estufa (por 2da vez) porque en vez de calentar, enfría. Mi abuela me reclama una balanza que le pidió mi hermana y que mamá me dejó en el baúl del auto para que se la lleve, pero nunca lo logro. Hoy será el día??
Llegar a casa, llamar a chipi con las nenas, estudiar con agus matemática para la prueba de mañana, hacer la comida (habrá algo para comer?), mandar un pliego de cacho y terminar (o mejor dicho empezar) un trabajo que lo tendría que haber entregado ayer.
Estás segura que escuchaste bien? el médico te dijo 5 cosas por día? no por hora???
Decí que después de hacer malabares todo el día, buscando algún equilibrio entre la mujer, profesional, madre, amiga, hija, hermana y todas las facetas que tenemos, cuando me voy a acostar. En esos 5 segundos antes de dormirme, hago el recuento de las mil cosas y veo a mis hijas, mi mamá, mi hermana, mis amigas, mi familia toda y pienso: algo, aunque sea chiquito, estoy haciendo bien.
El blog, Mica, ¡el blog!
A ver si te hacés un tiempito para escribir: "Los cinco minutos de Mica". Ya tenemos el nombre, una cosa menos.
Y sí, te dije que el doctor era gracioso. No es para tomarlo al pie de la letra tampoco.
Como dice una amiga: "Vos seguí tomando lo mismo"
Te adoro
M.
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